En medio de un escenario desafiante, Colombia y Sudamérica enfrentan temperaturas récord exacerbadas por el fenómeno del Niño. Las consecuencias son devastadoras.
Más de 30 focos de incendio arrasan el país, dejando a su paso cientos de hectáreas de bosques y páramos destruidos, así como miles de animales desplazados o muertos. Lo más desalentador es que este evento de variabilidad climática, alimentado por el calentamiento del océano Pacífico, se proyecta que persistirá durante tres meses más, hasta abril.
Si bien las acciones inmediatas son importantes, como apoyar con hidratación y herramientas específicas a organizaciones como Bomberos y Defensa Civil, aportar a organizaciones ambientales que monitorean y rescatan a la fauna silvestre herida y desplazada… o simplemente ahorrar agua en tiempos de sequía, nuestras acciones deben ir más allá.
Ante este panorama, nuestro compromiso con el planeta adquiere una relevancia aún más importante. Si bien las acciones individuales son importantes, las acciones a una escala mayor, especialmente desde el ámbito corporativo, son verdaderamente representativas y cruciales. Medir, verificar y compensar la huella de carbono de las organizaciones se convierte en una acción tangible y un paso significativo en favor de nuestro planeta.
En este contexto, es fundamental reconocer que no solo los indicadores económicos determinarán nuestro futuro, sino también los indicadores ambientales. La sostenibilidad ambiental no debe ser vista como un obstáculo para la rentabilidad financiera, sino como un camino hacia la convergencia de ambos objetivos.
La sostenibilidad ambiental de las empresas no es un lujo, sino una necesidad imperativa.
Ante la creciente crisis climática, las empresas tienen la responsabilidad de liderar el cambio hacia prácticas más sostenibles. La medición precisa de la huella de carbono, la verificación de las acciones implementadas y la compensación de las emisiones se convierten en elementos esenciales de este compromiso.
A medida que los efectos del Niño continúan su curso, instamos a las empresas a reflexionar sobre su contribución al cambio climático y a unirse a nosotros en el camino hacia la sostenibilidad. Este no es solo un llamado a la acción; es una oportunidad para demostrar que la rentabilidad financiera y la sostenibilidad ambiental no solo pueden coexistir, sino también fortalecerse mutuamente.
Cada empresa puede ser un agente de cambio. Cada esfuerzo, sin importar cuán pequeño parezca, cuenta en la construcción de un futuro más sostenible. Así que hoy, te extendemos una invitación: dar un paso significativo por el planeta y unirte a nosotros en este compromiso hacia la sostenibilidad empresarial.
Juntos, podemos construir un futuro más sostenible. El tiempo para la acción es ahora
¿Te sumas?
Video: Dirección de Parques Nacionales de Colombia.
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